Prólogo: La historia jamás contada

Muchas han sido las historias que narran la vida de nuestro protagonista. No obstante, desconocemos el grado de veracidad de las mismas. Se dice que quien verdaderamente escribe la historia es aquel que resulta ganador y por lo tanto, el vencido no solo se verá humillado tras ser derrotado, si no que además será víctima de posibles falacias. El poder genuino de una persona reside en su legado, el cual no siempre es el verdadero.

A mi parecer, el pequeño de los Austria, está siendo martirizado por las injustas mentiras escritas junto a su nombre. Todas nuestras vidas brotan como flores salvajes en esta selva llamada mundo, pero nuestro héroe fue germinado en un maceta que limitaba el potencial de sus raíces. Su tallo se vio acondicionado por un matrimonio que buscaba la estabilidad de su poder. El poder corrompió sus ramas e hizo de él un árbol seco de flores marchitas. Fue engendrado por egoístas abejas con preocupaciones monopolísticas. Por ello, no debe ser juzgado por nosotros.

Querido lector, está usted a punto de presenciar la historia de la reivindicación, la historia jamás contada.