La vida y el destino, un clásico
- Fernando Fraile
- 19 mar 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 11 may 2023
En la vida hay muchos clásicos, como celebrar los cumpleaños con una tarta o intentar aparcar lo más cerca que podamos de nuestro destino. Un clásico vaya. Otro clásico es nuestro afán por dividir la sociedad en grupos. Nosotros, vosotros, ellos. Y luego hay otro. Otra forma de dividir a la sociedad quiero decir, que yo particularmente adoro.
Es esa de: en esta vida hay dos tipos de personas. Bueno, quizá haya más. Pero aquí, en Goles Villanueva, como ya sabréis, nos gusta ser directos. Así que nos limitaremos a solo dos tipos de personas. Están aquellas, ilusas o no, que creen en el destino y aquellas otras que se conforman con creer en casualidades.
Y, sinceramente, entre tú y yo, no sé si fue el destino o solo una simple casualidad, pero Sergi Roberto y Kessié estuvieron en el lugar justo, en el momento indicado. Asensio también lo estuvo, pero a su manera.
El primero, Sergi Roberto, después de años y años de críticas. Creo que solo se salvó después del gol al PSG. Y solo un ratito, por cierto. Bueno, pues llega uno de los partidos más importantes del año para el Barcelona y, por destino o casualidad, después de tantos rebotes, va y llega al lugar indicado justo tiempo. Bueno, de hecho, él no llega ni al balón, el balón le llega a él.
Asensio, 1-1 en el marcador, entra y en unos de sus primeros toques, remonta el partido. En su mente, claro, cuadraba todo. Me agarro el escudo, nos ponemos a 6 puntos en liga, al Barcelona le entran dudas y acabamos el año con un triplete y yo renovado. Planazo. Pero por destino o casualidad, se pasó de frenada. No voy a entrar en el debate de metros, centímetros o milímetros. Simplemente, estuvo cerca sí, muy cerca de hecho. Pero ni era su momento ni se encontraba en su lugar. Al menos, no para rozar la gloria.
Y es que, precisamente, la gloria, de naturaleza caprichosa y de deseo cambiante, se había fijado en otro jugador. Uno cuestionado en su llegada, en su debut, en sus partidos y diría que hasta incluso mientras duerme. Son muchos los que pensaban, o quizá pensábamos, ¿que qué hace el Barcelona apostando por Kessie, teniendo a los Pedri, Gavi y compañía? ¿Que qué hace quitándole minutos a Pablo Torre? Qué es jugón ese chico y Kessie, mientras tanto, parece que solo anda. Parece.
Y es que aquí, en el fútbol, en la vida, nadie le quita nada a nadie. Básicamente, porque en ese minuto, justo en ese pico del área, tenía que estar Kessié. Y no otro. Era su nombre el que pedían los libros de historia. Y él, no llegó pronto ni tarde, simplemente llegó, pues es el destino quien se encarga de llegar puntual a su cita.
¿Destino o casualidad? No lo sé. Tampoco quiero saberlo. Tan solo quiero estar ahí, cuando me toque. En el lugar justo, en el momento indicado. Y creo, que vosotros también. Un clásico.

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